NEPAL

10 días entre Katmandú y los Annapurnas


KatmandúPokharaTrekking Poon Hill


Desde el primer minuto tras aterrizar en Nepal puedo respirar felicidad. La gente dice que Katmandú es un caos agobiante pero para mí es una bocanada de aire fresco después de lo que he vivido en Delhi. El simple hecho de ver las sonrisas de la gente me alegra, verles ataviados con sus coloridos trajes tradicionales mientras se muestran sonrientes y amables, me llena de felicidad. Al salir del aeropuerto, por fin podemos ver el cielo despejado y el sol brillando con fuerza. Nos olvidamos de la polución y los cielos plomizos dándonos la sensación de haber aterrizado en el paraíso.


Itinerario:

  • Día 1: Vuelo de Delhi a Katmandú
  • Dia 2: Katmandú: Sitios Unesco
  • Día 3: Katmandú – Pokhara
  • Dia 4: Pokhara – Inicio del trekking de 3 dias a Poon Hill
  • Dia 5: Trekking Poon Hill
  • Día 6: Trekking Poon Hill – Pokhara
  • Día 7: Pokhara – Rafting
  • Día 8: Pokhara
  • Día 9: Pokhara – Katmandú
  • Día 10: Katmandú – Vuelo de vuelta a casa con escala en India

Katmandú

La capital Nepalí cuenta con suficientes atractivos para dedicarle al menos un par de días o tres, e incluso nos hubiera gustado alguno más, pero no pudimos hacerlo por culpa de la reprogramación de vuelos de Vistara que retrasó nuestro viaje un día.

El valle de Katmandú posee siete sitios Unesco que frecuentemente son ofertados por los touroperadores para hacer visitas de un día, pero no lo recomendamos porque son demasiados lugares para ver en tan poco tiempo. Por esto, está bien dedicarle al menos un par de días a estos lugares patrimonio de la humanidad, y el tercero de ellos dedicarlo a hacer compras, pues Katmandú es el sitio estrella para encontrar equipamiento de montaña a precios ridículamente bajos (ya que la mayoría tienen tara) y artesanía local o souvenirs.

  • Bhaktapur

Alejado de la bulliciosa ciudad, es el perfecto lugar para una primera toma de contacto sin caos, con la cultura, el arte y la historia nepalí. El precio de entrada es alto pero no lo parece si tenemos en cuenta todo lo que podemos ver y disfrutar allí. Habrá que dedicarle al menos medio día, e incluso si tenemos la oportunidad, alojarnos allí una noche y poder sentirlo y apreciarlo de una manera aún más tranquila y auténtica.

  • Pashupatinath Temple

Este lugar es famoso por los ceremonias de cremación de los cuerpos en el río. En las gradas podemos ver cada paso de los rituales de cremación. Una extraña calma lo envuelve todo. Nos convertimos en respetuosos espectadores desde la otra orilla del río.

  • Buddha Stupa

Esta gigante estupa situada en una plaza, en torno a la que se han construido monasterios, templos, escuelas de artesanía, tiendas y restaurantes, no deja de perder su halo de calma, de lugar sagrado y grandioso. Es un sitio en el que se respira paz, y el silencio se hace sentir ante la estupa blanca majestuosa, que no podemos perder de vista ni un momento, ni podemos perder visitar en nuestra estancia en Katmandú.

  • Patan Darbar Square

Absolutamente nadie debería irse de la ciudad sin conocer este área y su histórico museo.

  • Changu Narayan Temple

Situado en lo alto de una colina con magníficas vistas, se presenta este conjunto formado por un templo de madera y ladrillo, al estilo de todos los demás, pero a su vez diferente, porque éste es súper colorido, lo que le convierte en uno de los más especiales.

  • Katmandú Durbar Square

Ubicado en un barrio vibrante, conocido por ser la zona hippy en los sesenta y setenta, este conjunto merece dedicarle bastante tiempo, a él y al museo que se encuentra en su interior, así como el mercadillo y ambiente que lo rodean.

A pesar de ser un espacio abierto, a los extranjeros nos piden que paguemos entrada nada más acercarnos al lugar, y habrá que pagar tantas veces como queramos entrar, así que debemos planear muy bien nuestra visita, sobre todo si estamos alojados por la zona.

  • Swayambhunath o Templo de los Monos

Este templo debe visitarse al atardecer, pues la gran estupa que lo preside está enclavada en lo alto de un monte, con espectaculares vistas de la ciudad, mientras disfrutamos viendo cómo el sol se oculta tras el horizonte. Además tiene una esmerada iluminación nocturna que convierte a este lugar en pura magia para terminar nuestro día


Pokhara

Pokhara es un lugar que enseguida te encandila, hasta tal punto que sin ninguna duda diría que podría asentarme allí por un tiempo en mi vida.

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En la zona de lakeside en Pokhara lo tenemos todo. Es un lugar maravilloso en el que podremos disfrutar nuestra estancia como más nos guste. Es una delicia caminar por la orilla del lago, a lo largo de una zona peatonal tanto de día, cuando nos envuelve de la calma que estas aguas rodeadas de montañas nos proporcionan; como de noche, cuando rebosa de actividad. Además, es la zona donde los locales se reúnen cada día y cada noche a divertirse como mejor prefieran, igual que nosotros; ya sea en los numerosos bares con fabulosas vistas y música en directo (para esto nuestro favorito fue el The Juicery Café), visitando las galerías de arte de las callejuelas aledañas, cocinando en los restaurantes el pescado recién capturado que venden en los puestos del lago, teniendo un chute de adrenalina subiendo en uno de los tiovivos del obsoleto parque de atracciones que es una atracción en sí mismo, o simplemente viendo cómo la vida se desarrolla en torno al lago.

Por otro lado, sinos alejamos de la orilla del lago, nos encontramos con la arteria principal que atraviesa el esta zona de la ciudad, más caótica debido al tráfico y a las numerosas tiendas de ropa (más cara que en Katmandú), artesanía, bares, restaurantes, y como no podía ser de otra forma, deportes de aventura, pues Pokhara es la perfecta base de operaciones para esto. La oferta es inabarcable: parapente, tirolina, tours en globo aerostático, puenting, quads, trekkings de todo tipo, montar a caballo, rutas en bici, rafting… Esto último es uno de los que nosotros elegimos, el rafting en el río Seti, y fue una experiencia increíblemente divertida, con unos guías fantásticos, en un entorno increíble. En este caso encontramos una buena agencia y un buen grupo con el que palear en las aguas bravas del río.

Pero además de tener calma y subidones de adrenalina, tenemos términos medios, pues hay muchas cosas por ver en el entorno de Pokhara.

  • Lago Phewa

Este gran lago vertebra la vida de la localidad, pues todo se desarrolla en torno a él. Es posible alquilar kayaks o hacer padel-sup en el lago, aunque lo más común es alquilar un barco con o sin conductor, ya sea por horas, por día completo o por un recorrido concreto, como por ejemplo, el más demandado: la visita al Templo Tal Barahi, situado en una zona aislada dentro del lago. Otro de los recorridos comunes en barco es ir a la otra orilla y desde allí iniciar el ascenso a la Peace Pagoda, de la que hablaré a continuación.

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  • Peace Pagoda

Considero este lugar una visita imprescindible en Pokhara, tanto por las vistas, como por camino de subida, y por la paz que se respira.

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Hay dos formas de subir: en vehículo motorizado o, la más bonita de ellas, cruzando el lago en barco y luego iniciando el ascenso de unos 45 minutos caminando entre la vegetación y algún pequeño templo con vistas panorámicas. La llegada a la cima compensa, sobre todo a la hora del atardecer, donde la blanca y reluciente pagoda se tiñe de colores anaranjados mientras vemos al sol ocultándose tras la imponente Estatua de Shiva situada en la colina cercana.

La bajada por el mismo camino de subida no es una opción al anochecer, no sólo por el camino entre vegetación sin luces, sino porque cuando lleguemos a la orilla del lago no encontraremos barcos a esas horas que nos lleven de vuelta al pueblo, así que lo mejor será que nos acerquemos a la plaza cercana a la stupa donde decenas de taxis están esperando para llevarnos de vuelta al núcleo urbano.

  • Pumdikot Shiva Statue

Otro de los lugares estrella donde acercarse a ver el atardecer, aunque desde aquí las vistas del lago desaparecen, pero compensa con una bonita puesta de sol. Aquí no quedará otra forma de subir más que en taxi o en nuestra moto de alquiler.

  • Devi’s Fall

Nos alejamos del lago para acercarnos al núcleo urbano y visitar estas cascadas, llamadas así en memoria de la turista suiza que murió ahogada en los años 60 al bañarse junto a su marido. Lo más curioso del lugar es que allí hay un pozo de los deseos donde la gente tira monedas ¡en un país en el que no existen las monedas! Así que si quieres pedir un deseo deberás comprar monedas pagando con un billete…

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  • Gupteshwor Mahadev Cave

Estas cuevas hay que visitarlas después de las cascadas Devi´s, pues están situadas justo enfrente, y de esta forma entenderemos de donde viene el agua de ese río subterráneo que veremos en la cueva. Además el acceso se hace a través de una curiosa construcción que nos sorprenderá.

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  • Asentamiento Tibetano Tashiling

Aprovechando la cercanía de las cascadas y la cueva, andamos unos minutos más y nos acercamos al asentamiento Tibetano, donde parece que hemos cambiado de lugar espacio-temporal, pues de repente no hay caos, todo es calma, las casas son bajas, apenas hay coches, los niños juegan al fútbol en una gran pradera, y la vida discurre casi libre de ruido y tráfico.

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  • Otras actividades

Hay muchas otras cosas que hacer en Pokhara si disponemos del tiempo suficiente. Por ejemplo, ver un amanecer mágico en Sarangkot, desde donde hay vistas espectaculares de la cordillera y del lago, si el día está despejado. Además allí está el Teleférico del Annapurna desde el que podremos bajar de vuelta al lakeside tras la experiencia del amanecer.

Otra de las recomendaciones es el Lago Begnas, situado a algo más de 45 minutos en coche, sólo recomendable si tenemos tiempo suficiente. O una visita al Museo Internacional de Montañismo para empaparnos de la historia de este país que gira en torno a la montaña y su forma de vida.


Trekking de 3 dias a Poon Hill

Desde Pokhara parten varios itinerarios para todos los niveles, días de duración, tipos de ruta… Hay un amplio abanico de actividades a realizar desde la ciudad, siendo la más famosa de ellas la ascensión al campo base del Annapurna. Pero si ese no es nuestro estilo, o no disponemos de tantos días o presupuesto, uno de los trekking más bonitos y populares para disfrutar de esta cordillera es la subida a Poon Hill.

  • Dia 1: Pokhara – Ghorepani

El itinerario parte de Pokhara, donde nos recogen en un Jeep para llevarnos hasta el punto inicial del trekking. La primera hora y media de viaje discurre por carretera, pero ¡vaya carretera! no creo que la velocidad pasara en ningún momento de 40 km/h, entre los baches, curvas, adelantamientos peligrosos, animales que transportan mercancía, perros que se cruzan… La siguiente hora y media discurre por caminos embarrados y llenos de socavones, al borde del precipicio, donde nos cruzamos constantemente con autobuses que bajan provocando aproximaciones casi imposibles de realizar. Un auténtico espectáculo.

Tras esas tres horas de viaje comenzamos a andar, hasta la localidad de Ghorepani. El ascenso es precioso, completamente sumergido en un bosque de rododendros que en nuestro caso vimos en otoño, pero por lo que supimos después, en primavera es pura fantasía al estar todos los árboles rebosantes de sus características flores rojas, que lo convierten en un entorno único. Las posadas y las casitas que encontramos en el camino son totalmente pintorescas, con sus característicos colores blancos y azules y sus flores marigold pintando los jardines de color amarillo.

Supuestamente era un trekking de 5 horas, pero no fue así. La caminata es de lo más relajada, perfectamente asequible en hora y media, aunque nosotros tardamos 2 horas incluyendo el tiempo que le dedicamos al almuerzo. Total, que nos encontramos a las 13:30 horas en ese pueblo en el que hacía tantísimo frío y tan poquísimas cosas había que hacer, excepto tomar un chocolate caliente en algún lugar cercano a la chimenea de una tea-house. Debo decir que seguramente en verano, este lugar sea muy diferente, pues hay hoteles y bares con enormes terrazas que compiten por tener las vistas más espectaculares de la cordillera, donde dejarse pasar la tarde simplemente mirando, pero para nosotros, añadido al frío, el día se había encapotado y no había vista posible.

En nuestro caso, además de tomar chocolate y jugar a las cartas, fuimos a dar un paseo para ver los puestos callejeros, las mulas porteando y los grupos de montañeros llegando. Además, tuvimos que comprar otro par de calcetines para no sufrir, a un precio bastante inflado que supusimos que había que pagar debido a lo remoto del lugar, aunque al día siguiente nos diéramos cuenta de que se puede acceder en coche a Ghorepani.

Tras tener la sensación de la tarde perdida por las 3 horas de caminata que nos habían «robado», cenamos en nuestro alojamiento y nos fuimos a la habitación, situada en una esquina heladora en el último piso del edificio, a dos pisos de distancia de la chimenea, y con otras dos habitaciones entre medias de nosotros y del tubo que quizá pudiera habernos proporcionado algo de calor. Al ir a dormir, me llegó el recuerdo de la última vez que sentí una cama tan gélida, cuando era pequeña y dormía en pleno invierno en el pueblo, en la casa de mi abuela.

  • Día 2: Ghorepani – Poon Hill – Ghandruk

Después de pasar una noche heladora habiendo dormido con toda la ropa que teníamos, no nos hizo falta despertarnos demasiado temprano para vestirnos, pues ya lo llevamos todo puesto, así que a las 5 de la mañana iniciamos el ascenso a Poon Hill. Al principio nos da la sensación de que somos pocos los que estamos subiendo a este punto para ver el amanecer, pero a medida que avanzamos, vamos rebasando a gente, a grupos cada vez más grandes, incluso llegamos al punto de ir caminando en una linea porque el camino se ha estrechado y con la cantidad de gente que hay subiendo, ni siquiera podemos adelantar. Por suerte, al llegar arriba hay sitio para todos sin dar la sensación de agobio, sobre todo para nosotros, que encontramos un enclave solitario a los pies de una construcción abandonada desde la que vimos muy lentamente cómo las caras este de los picos se iban tiñendo una a una de tonalidades moradas, rojizas y anaranjadas hasta que el sol empezó a asomar súbitamente tras uno de esos picos, iluminando todo. Fue un momento mágico, unos minutos que pasan fugaces sin poder dejar de mirar el cambio constante de los colores, sintiendo una paz extraordinaria.

A pesar de que el día anterior estaba completamente nublado, tuvimos la gran suerte de que este día despejó y pudimos ver semejante espectáculo natural desde que comenzamos a andar, pues nada más empezar del camino podía vislumbrarse entre la vegetación una espectacular manta de estrellas en medio del frío intenso que caracteriza esos días despejados.

El camino de subida toma algo menos de una hora, dependiendo del nivel físico de cada uno, pues se trata de subir más de 600 metros de desnivel hasta alcanzar la cota de 3.210 metros. Una vez allí, hay una caseta donde subir unos peldaños más para obtener mayor perspectiva, y también hay un lugar donde tomar un delicioso té con leche para entrar en calor mínimamente desde hace horas…

Al bajar, desayunamos en nuestro alojamiento y emprendemos nuestro camino a Ghandruk, donde pasaremos la segunda noche. El camino se inicia con un ascenso fuerte hasta llegar a otro mirador situado frente a Poon Hill, dándonos vistas de éste último, y por supuesto, de la cordillera. Seguimos con un descenso y una pequeña planicie donde hay algunos locales con vistas pintorescas, perfectos para hacer un descanso en el camino.

Por el camino sólo vemos mulas porteadoras para familias o para montañeros, sherpas, y otros senderistas en medio de un entorno lleno de cascadas y vegetación de una belleza sublime. Paso a paso llegamos hasta Tadapani, la localidad (formada por cuatro o seis alojamientos) donde los tours de 4 días pasan su segunda noche, pero nosotros continuamos 2 horas y media más hasta Ghandruk, donde pasamos la segunda noche.

Ya desde lejos se siente que Ghandruk es una localidad grandecita, con un poco de vida e interesantes lugares por ver, lo cual nos alegra por haber tomado la decisión del trekking de 3 días y no habernos quedado a dormir en la ridícula Tadapani. Aunque después nos llevamos la decepción al ver la pocilga en la que teníamos que dormir esa noche después de haber hecho 25 kilómetros en la montaña, y habiendo muchísimas mejores opciones en el pueblo. Algo por lo que estuvimos muy descontentos con nuestra agencia.

Tema aparte, al llegar a Ghandruk, merece la pena dar un paseo perdiéndonos por sus empinadas callejuelas, visitar el museo del pueblo, el monasterio, y viendo las fachadas de las casas tradicionales construidas en piedra, aunque la mayoría de ella se encuentran en un estado deplorable y están siendo desgraciadamente reemplazadas por modernas construcciones de fríos tejados azules de chapa.

  • Día 3: Ghandruk – NayapulPokhara

Antes de amanecer decidimos ir por nuestra cuenta al mirador de la villa para ver cómo el sol va iluminando el valle, teniendo de nuevo la gran suerte de inundarnos de la magia de la naturaleza.

Después, fuimos a desayunar y nuestro guía nos insistió en hacer algo a lo que ya nos habíamos negado la noche anterior: pretendía que contratáramos un Jeep con un sobreprecio para bajar desde Gandruk, diciéndonos que el camino no era bonito, siendo 4 horas caminado, 2 de ellas por carretera, y después tendríamos otras 2 horas en coche hasta llegar a Pokhara. ¡La gran estafa! Pagar un precio extra para NO hacer un trekking por el que previamente habíamos pagado. Obviamente, no contratamos ningún Jeep y bajamos andando, finalmente sólo eran 3 horas andando y menos de una en coche después.

El camino es de una belleza indescriptible, una de las mejores partes del trekking, sobre todo durante la primera hora y media, antes de llegar a la carretera. El sendero discurre por una larga pendiente que se entreteje con diminutas aldeas, campos de arroz en los que hay campesinos y animales trabajando duramente. Nos cruzamos con niños que van a la escuela, búfalos, vacas y perros a partes iguales. El sol brilla desde primera hora pero a medida que bajamos vamos perdiendo la visión de los increíbles picos de más de 7.000 metros y se nos va mostrando la tonalidad verdosa vibrante de los campos de vegetación en el entorno que nos rodea, que cada vez se va haciendo más cálido.

El último tramo, el que discurre por carretera, se hace más monótono, y tras rebasar una bonita cascada, nuestro guía decide no llegar hasta el punto final en Nayapul, decidiendo por su cuenta, llamar a un taxi para que nos recogiera ahorrándonos la última hora de camino porque era él quien no quería caminar más…

En menos de una hora en coche, poco antes del mediodía habíamos llegado a Pokhara. Por suerte, es una localidad con infinitas opciones para todos los gustos, en la que saboreamos cada una de las horas que estuvimos en ella.

  • Algunos consejos sobre trekkings en Nepal

Normalmente, el trekking a Poon Hill tiene una duración de 4 días, pero existe la versión corta, de 3 días, recomendada si se está en buena forma. Muchas de las rutas de montaña en Nepal deben hacerse obligatoriamente acompañadas de un guía local, o eso es lo que te venden allí; pero en concreto en ésta no es necesario, aunque nosotros lo supimos demasiado tarde, una vez estábamos en ruta con nuestro guía privado y con todo contratado. Como siempre digo, este tipo de agencias organizadas no son de mi agrado, pero en algunos casos ayudan, sin embargo, en este caso nos lo podríamos haber ahorrado si hubiéramos sabido de antemano ciertas cosas que narraré a continuación. A partir de ahora, hablaré de lo bueno, pero también de lo malo.

Para hacer la ruta por libre sólo hay que pagar el permiso necesario en la entrada de cada punto de acceso que vayamos a atravesar. Simple.

Por otro lado, conviene saber la ruta que seguiremos y dónde queremos pasar la noche, pues en temporada alta debemos reservar con antelación. En este punto es en el que estuvimos más descontentos, pues las agencias cobran mucho dinero por el itinerario, pero los alojamientos que incluyen en él son los peores que hay en el lugar; y cuando digo los peores no se trata sólo de los peores de Nepal… Entiendo que en un área remota no haya calefacción en las habitaciones y tengamos que dormir con tres edredones como sucedió la primera noche en Ghorepani, pero no entiendo lo de la segunda noche en Gandruk, donde hay bastantes hoteles buenos y nos metieron en un cuchitril sucio, con goteras, toallas usadas y arañas por todos los lugares; una auténtica pocilga insalubre.

En último lugar, en relación con el itinerario que ofertan las agencias, hay que decir que engañan un poquito al cliente… En nuestro caso, contratamos el itinerario que detallé arriba, donde nos decían que el primer día serían unas 5 horas de caminata y en realidad fueron 2 a ritmo lento. El segundo día fueron 2 horas más de lo previsto, a pesar de que nuestro ritmo era muy bueno. Y el tercer día, como narré antes, el guía pretendía que contratáramos un Jeep con un sobreprecio para saltarnos el trekking, pero incluso ante nuestra negativa, decidió acortar una parte del trekking sin nuestro consentimiento… Bochornoso.


Con todo lo bueno y con lo malo, debo decir que Nepal es ese país al que quiero volver, Pokhara esa ciudad en la que podría asentarme por un tiempo y disfrutar de la calma, del sol, de los paseos por el lago, de la buena comida… pero también de las rutas senderistas, de los deportes de aventura, de la vida nocturna… Nepal tiene mucho por descubrir, y tras una primera toma de contacto, me siento preparada para hacer las cosas de otra manera en la segunda… Hacerlas a nuestra manera. ¡Hasta pronto Nepal!


Nepal, datos prácticos:

  • Visados: Para entrar en Nepal los españoles necesitamos un visado que debemos tramitar a nuestra llegada, aunque antes, podemos hacer la solicitud online y nos ahorrará tiempo en la ventanilla de inmigración. Tiene un coste de 30 dólares, que hay que pagar en efectivo.
  • Tarjeta SIM: Siempre suelo hacerme con una tarjeta SIM en cada país que visito. En este caso compré una e-Sim antes de viajar al país, pero es mucho más caro que comprarla directamente en alguna de las varias compañías que las ofertan en el propio aeropuerto o en las tiendas del centro de Katmandú. Hay multiples opciones a precios mucho más asequibles.
  • Buddha Air: Aun teniendo la fama de ser la mejor compañía aérea de Nepal cancela constantemente los vuelos a su antojo. De los dos vuelos que tomamos con ellos, los dos fueron retrasados. Para comunicarnos el retraso del primero nos mandaron un correo electrónico, pero para el segundo nos enteramos en el aeropuerto de que habían cancelado nuestro vuelo y nos habían reubicado donde les había parecido bien. Además del retraso en el horario del vuelo, hay que asignarle el retraso del propio vuelo, pues por lo que vimos, nunca salen en hora. Para nuestros vuelos tuvimos una media de dos horas de retraso, llegando a pasar hasta 6 horas en el aeropuerto para un vuelo de apenas 25 minutos.
  • Autobuses: Si no queremos volar, la otra opción es viajar en autobús, son baratos y confortables, pero el problema son las carreteras, llenas de baches y serpenteantes… El trayecto de Katmandú a Pokhara se tarda unas 12 horas en completar, aunque en las web de autobuses te digan que son 9 horas. Si se va bien de presupuesto es recomendable tomar el avión a pesar de todos los retrasos.
  • In Drive: Es una app al estilo de Uber, pero en este caso tienes que pujar por una tarifa para tomar un coche o moto a tu destino. La propia app te marca el precio recomendado del trayecto y a partir de ahí tú decides el precio que quieres pagar y varios conductores se ofrecen a realizar el recorrido. Pero cuidado, porque en ocasiones los conductores aceptan un precio y después te escriben pidiéndote más. Aún así, esta app nos pareció mejor que negociar en la calle, o al menos estuvo bien usarla como indicador de lo que deben cobrar por un determinado trayecto antes de empezar a negociar en la calle. Otra app similar es Pathao pero te piden un número de teléfono nepalí, que las eSim no te proporcionan.